Jung, Jodorowsky, la nueva era, y más que un arroz salvaje con aguacate

proffesor pumpkin

foto cortesía de mcb

Levemente leo los tweets de Alejandro Jodorowsky al quien comencé a seguir desde hace muy poco y me encuentro con una especie de humorista del new age a quien no termino de asimilar. Me seduce y me causa rechazo a la vez. Me voy a la wikipedia y me encuentro con un cruce entre un chamán de la nueva era y un psicólogo de la antigua era, que acaba de fundar la psicomagia y que defiende el uso de la simbología y la actuación como si acabase de inventar el agua tibia, pues defiende que el inconsciente no distingue la realidad de la interpretación.

Su valor a mi entender, es traerse las cosas desde las antiguas costumbres chamanistas que los modernos hemos despreciado por considerarlas pertencientes a una subcivilización. Los modernos tenemos una especie de miedito a lo que se considera por ahi en los círculos medio hippies y medio metafísicos como la nueva era. La famosa era de acuario. Estos meta-meta-físicos que defienden todo lo inexplicable, el incienso, los altares absurdos pero poéticos, la divinización de los chismes.

Una suerte de divinización de la palabra promulgada. La biblia de la nueva era está por fundarse y requiere una compilación tan fundamentada como la biblia anciana original que incluya al Conde de Saint Germain, a Jodorowsky por supuesto, a Paulo Coelho, y perdónenme pero es que se me escapan, todos esos profetas de los tiempos modernos que claman por un regreso a la oscuridad de nuestra casita insonsciente pero infinitamente más creativa que la consciente.

Pienso en Jung y en su  lucha secreta por conquistar su personal universo inconsciente que quedó engavetada por tantos años pues ni él ni su familia se atrevieron a publicar esos delirios del inconsciente que carecían de todo basamento científico.

Sin la ciencia nos sentimos como si nos hubiesen quitado el suelo, los modernos. Pero no nos hemos dado cuenta de que la mayor parte de la población no es como nosotros. La inmensa mayoría de nuestros congéneres seres humanos vive y aprecia vivir más cerca de lo inconsciente e inexplicable que de lo consciente y lo tangible o mesurable.

Lo mesurable es árido e infinitesimal.

Lo inmesurable nos seduce como el aguita tibia y placentera de todos lo orígenes.

Talvez la era moderna sea tan sólo un paréntesis horrendo de sangre, muerte y soledad en el apacible devenir de la eternidad universal.

En definitiva, que yo vine aqui a hablar de algo, pero se me perdió lo que iba a decir.

Arroz salvaje con Sumac y mantequilla. El placer ante todo señores, gracias. Otro día que me duela menos la cabeza, sigo trantando de pensar.