con la concha a cuestas

spot

foto by me con mi blackberry

No me conocen, no me conocerán, solo pretendo escapar y convertir mi destino en atávica realidad.

Ella  está  contra.  El  karma de su apodo y su flojera  estacional  facilitan su vocación. Sin embargo, se equivoca, no respondo bien a la compañía  y no tengo coraza de quelonio. Mi silencio me castiga al ruido emocional de su voz.  Ella  aturde mis oídos, pero impulsa  mis movimientos, con ráfagas de distancia,  rechazo, retrocedo ante  a sus palabras de  mujer siempre en crisis.

El lugar húmedo queda atrás, lecho de roca, farsante de cueva, me alejo de ti. Busco la bendición de los de mi raza, lejos de cualquiera de ellos, y de ti proveedora compasiva de sustento, cazadora de mi soledad.

                Alcanzo una vida de solariega satisfacción  en la cima de un montículo de manchas, tejido poroso de cavernas solapadas,  recovecos de un día de seca mortalidad. Me asomo a la eterna solución del ser, en la pira de la inanición.

Nota del Editor:

Estas palabras forman  parte de un manuscrito de mayor  extensión que me fue hecho llegar  y   al parecer constituye el testimonio original de Spot, luego de ser recuperado por Chase, como puede ser concluido no existe relación de contenido con la obra: “ la asombrosa e increíble aventura de Spot”, publicada en la bitácora virtual “artefactos del olvido”.

Pepe Trueno


Nota de la autora del Blog: este relato me lo hizo llegar uno de mis lectores/seguidores de twiter que echó a faltar el relato de la fabulosa historia de Spot el cangrejo ermitaño explorador y de cómo lo perdí y lo encontré cual hijo pródigo tres días después. La Foto que acompaña el post, es de Spot, mi cangrejo ermitaño en su jaulita una vez rescatado de entre la ropa sucia, en el sótano de mi casa.