lunes, 28 de marzo de 2016

puros e impuros



Los humanos intentamos todo el tiempo tener la razón en todo.

Incluso en esa línea tan difusa como es la libertad de expresión. Porque parece que uno no puede expresarse e incluso justificar su expresión, sin que salga alguno a decirle que está equivocado.

Incluso si uno no pretende dictar cátedra.

El otro día me puse de muy mal humor porque la esposa de un amigo de mi marido, mientras disfrutabamos de unas bebidas espirituosas alrededor de un agradable fuego en el patio de mi casa, me soltó que la justicia de un grupo social al cual yo estaba intentando comprender, desde su propia lógica, estaba equivocada.

Muy amablemente, le respondí que las opiniones de las personas no son absolutas, y que el bien y el mal son constructos sociales y que si ese grupo social considera que algo es lo justo, en efecto lo es para ellos, y que si uno se considera a sí mismo tolerante, entonces tendría que, en efecto respetar dicha opinión.

Lo que más me llamó la atención e incluso, para que negarlo, me irritó, fue que su reacción, fue gritar más fuerte y decir lo que ELLA consideraba que era justicia.

Yo no dije más nada, porque ahí me di cuenta de que entonces yo también tenía que respetar lo que ella decía y lo que me provocaba era ahorcarla y jalarle los pelos y botarla de mi casa por gritona e intolerante.

Y es que en realidad, nadie tiene la razón en nada y es mejor hablar del clima, y las flores, y las dietas, que ponerse a discutir de política con unas copas de más en el cerebro.

12 comentarios:

  1. Me parece que discutir siempre acaba mal. Sólo nos queda aislarnos, es probable que tampoco nos interese lo que nos puedan decir.

    Un beso y paciencia.

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    Respuestas
    1. totalmente, yo me fui a lavar los platos con la excusa... jajaja

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  2. Yo no voy a discutir.
    Pero el que me da envidia es tu marido...

    :P

    Besos.

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  3. Bueno. Pasadte un mal rato.
    Espero que ya estés bien. Besos!.

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  4. Estas en lo correcto. Cada persona de acuerdo a su moral juzga como correcto o incorrepto, y desde luego no podra coincidir con otro con moral diferente.

    Besos

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  5. ¿Y qué pasa si te encuentras con alguien a quien le gustan los días húmedos y a tí no? ¿No habría una pelea allí también?

    Llegado el caso, a veces mejor ni abrir la boca para nada. A ver si todavía se ofenden porque no los saludas como ellos quieren.

    J.

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