amor

Dos videítos de la Opera Turandot. Como algunos seguidores míos ya saben, esta es mi ópera preferida, seguramente porque como la he escuchado ya tantas veces y me la se casi de memoria, pues la he hecho mía.

En esta ocasión les presento el Aria la muerte de Liu, interpretada por la maravillosa Leona Mitchell y con subtítulos en español para que se entienda todo.

Para los que no se saben esta historia, el principe Calaf se ha enamorado de la Terrible Princesa Turandot quien no quiere casarse con nadie y exije a sus pretendientes responder correctamente tres preguntas o morir. Hasta ahora ningun pretendiente ha podido responderlas correctamente y todos han muerto por lo que su fama de femme fatale y de asesina en serie, se ha extendido por el mundo entero. Sin embargo, el principe Calaf a quien nadie conoce en el reino, ha respondido correctamente a todas las preguntas y ahora la princesa está obligada a casarse con él. Para demostrarle su amor, Calaf le ha concedido la ventaja de adivinar su nombre antes del amanecer. Si ella no logra hacerlo, tendrá que casarse con él, si no, él morirá como todos los otros.

La princesa, que como buena princesa no mueve un dedo, ha ordenado que nadie duerma en la china hasta que le traigan el nombre del extranjero, y sus espías han descubierto que su esclava Liu, lo sabe. Sin embargo Liu esta secretamente enamorada de su Dueño y no está dispuesta a revelar su nombre porque entiende que eso significará la muerte de su Amor. Entonces en un Aria absolutamente hermosa, le explica a la gélida princesa Turandot lo que es el amor y le anticipa que antes del alba, cuando ella muera en ofrenda por su Dueño, ella también lo amará, como efectivamente sucede al final de la ópera.

Entonces Lui coge el cuchillo se su torturador y se suicida, antes que permitir que su amado sufra. Pura entrega la pobre Liu. Que distinto ese amor al amor de hoy en día donde sólo pretendemos llenarnos de las necesidades individuales y olvidamos que se puede ser un todo con un otro, que se puede ser uno solo e incluso encontrar dulzura en el dolor y en el desprendimiento.

Y bueno, es que yo soy una romántica.