jueves, 24 de febrero de 2011

eternal worm

revés
foto cortesía de ACG

Quisiera poder dejar la tristeza en otra parte.

Lejos, lejos, lejos de mí.

Extirparla, como esos gusanos que crecen por debajo de la piel y se hacen inmensos pero que puedes ahogarlos, matarlos y sacarlos muertos de ti.

Aunque después me quede una cicatriz horrenda.

Aunque crea que me muero de asco en el intento de sacármelo.

Asi es la tristeza.

Como un gusano peludo que carcome por debajo de la piel.

Y es que las excusas no existen por encima de la piel, porque nadie puede verlas.

Porque uno sigue sonriendo y nadie puede ver nada

Y porque uno no tiene ni el derecho de morirse por culpa de un simple gusano. 

11 comentarios:

  1. Parece que la tristeza para tí tiene vida propia, pero creo que es parte de nosotros, hay que intentar manejarla un poco y que no nos domine.

    Espero que pronto te sientas mejor.

    Un abrazo de alegría. Adri.

    ResponderEliminar
  2. Coincido con Claudia, aunque comprendo muy bien tus palabras porque muchas veces me he sentido así, con ganas de extirpar eso que impide casi respirar. En el intento acabo siempre tratando de extirparme a mí... y no es así como uno puede revivir, un poquito al menos.
    Expresar mediante la palabra, mediante el dibujo, como tú haces, es una buena forma de afrontarla.

    :)

    ResponderEliminar
  3. Además, las cicatrices que quedan de estos desgarros, con el paso del tiempo son más hermosas de lo que piensas. Salud, Adriana.

    ResponderEliminar
  4. Temo mas a la alegria que a la tristeza. Pues la caida desde una nube hasta el suelo es dolorsa, sin embargo desde el suelo poco se puede caer.

    ResponderEliminar
  5. Lo que dices me suena, es como asomarse a un espejo. También el comentario me DDmx me deja descolocada, otro espejo. Sucede que la tristeza es un huésped con el que uno aprende a hacer simbiosis, construyes sobre ella un panorama creativo, dibujas, escribes, uno quiere extirparla, pero cuando te detienes dos minutos a pensarlo, te das cuenta que no puedes porque no sabes qué parte del tejido eres tú, y qué parte del tejido es la tristeza. Aún así, esto pasa, creo, con los demás sentimientos, los positivos. Será cuestión de hacer equilibrio.

    Te dejo un poema, de esos cortísimos y letales, de un poeta venezolano. Se llama Orlando Pichardo.

    Pelícano

    He descubierto
    Que sin la tristeza
    No me doy cuenta de la vida
    Sin embargo
    No soporto su aletear de pelícano enfermo

    ResponderEliminar
  6. Claudis: yo tambien lo espero, gracias por tu apoyo

    Ximo: yo solia defender a mi tristeza porque la cosideraba la fuente de mi creatividad. Talvez de tanto alimentarle lo que estoy consiguiendo es que me coma ella a mi...

    ResponderEliminar
  7. Xindasvinto: salud!, por las cicatrices :)

    DDmx: eso mismo creo yo, pero pues lo mismo que le dije a Acapu, que ya no quiero que me siga comiendo!

    Susan: Dificil trabajo el de quedarse conversando con la tristeza y no perderse en el intento...

    ResponderEliminar
  8. sí, la tristeza
    duele
    y por ello desearía apartarla de mí.
    pero ahí ha estado, está y estará
    a un lado de la alegría, las dos
    como mis aliadas.
    un beso Adriana

    ResponderEliminar
  9. del Cajón: problemas que tengo yo con los dolores que estan por debajo de la piel

    ResponderEliminar
  10. Impactante, Adriana. Muy bueno, pero triste, claro.
    Te propongo el "ejercicio" de intentar hacer el poema pero convirtiéndolo en alegría.
    También te lanzo AQUÍ

    Ánimo

    ResponderEliminar
  11. HAsta los jodidos gusanos tienen razón de ser y tienen sus cosas positivas...al igual que la tristeza que nos permite valorar la felicidad y la belleza...besos y andale,andale...arriba, arribaaaaaa

    ResponderEliminar

coméntame pues!