martes, 27 de julio de 2010

recordar

hongo solo
foto cortesía de ACG

Cuando yo vivía en Caracas tenía una señora que iba todos los dias a limpiar y a cocinar en mi casa. Hablábamos siempre mucho y ella me contaba sus cosas y yo le contaba las mías. Siempre me llamaba la atención que cuando ella se refería al hecho de despertar decía recordar.

Y yo me preguntaba, que es lo que recuerdas M.? tu conciencia? que estas viva? que no estás soñando? Claro está que no le decía nada. Mi querida M. nació en un pequeño pueblo cerca de Cartagena en Colombia de cuyo nombre no logro acordarme.

Después leí en el último libro de Sábato, Antes del fin, una reflexión parecida. Como yo siempre le hago mucho caso a Sábato y porque el tema me da vueltitas en la cabeza, he decidido desparramarme aquí a ver qué pasa.

Recordar quiere decir volver a pasar por el corazón. Es una palabra que viene del latín recordare. Porque los romanos consideraban que los humanos pensamos con el corazón y no con la cabeza. Que la mente estaba en el corazón y no en el cerebro. A mí que siempre me duele la cabeza y que ando todo el día atormentada con el peso de mi cerebro que no se calla nunca, me asombra pensar que en la antiguedad fuese tan natural el concepto de pensar con el corazón. Como si uno pudiese tener los recuerdos en el pecho, o en el centro del cuerpo. Eso sería maravilloso. También es verdad que por ejemplo, en inglés, saberse algo de memoria es saberlo by heart. Así que no eran solamente los romanos los que pensaban eso.

Pero sigue sin quedarme claro porque hay personas que dicen recordar cuando se refieren al hecho de despertar. Qué es lo que recuerdan. Qué memoria primitiva les vuelve al corazón, que hace que dejen de soñar y regresen a la realidad.

De dónde volvemos cuando regresamos del olvido hasta el recuerdo.

17 comentarios:

  1. No lo sé.
    Si que sé que el olvido me parece un regalo maravilloso.
    Los recuerdos suelen entristecer casi siempre.
    Nos llenan de nostalgia y no suelen tener efectos positivos sobre nuestro presente.
    El olvido al que me refiero no es irreversible. Es un olvido analgésico, que no atormenta ni lleva a la zozobra.
    En caso de necesidad se le puede apartar de un manotazo y buscar aquello que necesitamos que me temo Adriana está alojado entre racimos de neuronas y no en medio del pecho.

    Besos.

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  2. De dónde volvemos cuando regresamos del olvido hasta el recuerdo

    no lo se, hay entre medias una tierra de nadie,llena de brumas y acantilados salvajes que erizan los sueños, y despiertan la conciencia. No lo se Adriana, entre el sueño y la vigilia hay una vida subterranea, la misma que desde el olvido al recuerdo.
    Cuando uno despierta, recuerda otra vez, que vive.
    Un abrazo

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  3. Dudas.....
    "Dubitando ad veritatem pervenimus" = Dudando llegamos a la verdad.
    Sigue dudando, seguirás viva.

    Saludos.

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  4. bello Toro, como todo lo que escribes siempre, gracias

    Anonima, creo que nadie lo sabe

    Francisco, precioso, seguire dudando

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  5. Conocí a una señora de colombia que también utiliza el mismo término.

    Será que la vida es un recuerdo, y el sueño es la realidad.

    Saludos.

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  6. ese me parece hermoso Fero, gracias!

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  7. Vayamos por partes, que hoy ando cansada con tanto calor.
    1- Efectivamente quien da las órdenes debería ser el cerebro, de hecho lo hace, pero después de haberse teñido a su paso por el mundo de las emociones, mucho más primitivo. Luego conviene inventarse lo que sea para justificar racionalmente ciertas emociones nada racionales, por cierto.
    Me parece que la vida es como el tiempo que recorre una melodía en el espacio. Digamos una sinfonía, para complicarlo aún más. Desde que se comienza a componer y balbucea sus primeras notas hasta que se acaba con un "finale" más o menos apoteósico. Esa melodía, o sinfonía, ese conjunto de notas mas o menos melodiosas, durante el sueño se encuentra en modo STANBY y en vigilia en modo ON.
    Bueno, es una forma de verlo como otra cualquiera. Un abrazo.

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  8. emejota... y yo que pensaba que era al reves... que la musica estaba escondida en el inconsciente y que la vida consciente lo que hacemos es intentar recordarla sin mucho exito.

    Yo creo que en lugar de decir recordé, al despertar, deberíamos decir, olvidé y entonces caernos a puños con la realidad.

    otro abrazo

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  9. recoger los retazos como siempre
    y reunirlos de tres en tres

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  10. La contestación a la pregunta está en la misma pregunta, volvemos del olvido.

    Por otra parte siguiendo el patrón clásico yo no descarto que se siga pensando con el corazón, de hecho está el termino corazonada cuando tenemos una "idea feliz" o un intuye sobre algo.

    Y es que el corazón manda muchas veces en las decisiones anteponieéndose a la razón que parece morar en el cerbro.

    Puede que la solución esté en el termino medio (más clásicos) y como De Broglie, terminemos afirmando que se piensa con la cabeza y el corazón.

    Un beso.

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  11. Yo tampoco lo sé.

    Pero siempre me ha atraído la idea de poder recordar el momento en que olvido algo.

    Miles de besos!

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  12. anonimo, de tres en tres, de dos en dos en cinco por ocho, como quieras.

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  13. Bogart, me encanta tu analisis, y me encanta que hayas traido el término corazonada. Talvez los pensamientos que no son conscientes, no los sentimos arriba en la cabeza, sino en el centro, donde reside nuestro lado animal.

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  14. Juan: debe ser buenisimo recordar el momento preciso en que olvidamos algo. aEsta de poema y todo. mil besos mas para ti , mi juan.

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  15. Los nativos del continente americano, en el cono sur, los indígenas precolombinos se autodenominaban con término que traducido al español es "SentiPensante." Creo que esto lo cuenta Eduardo Galeano en alguno de sus libros.

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  16. De mi libro "Días De Penumbra"


    HECHOS

    Lo que permanece como testimonio
    de lo pensado —y del pensante—
    el llanto detonado por la impotencia
    la premonición del ahogo venidero
    el desperdicio de la dicha
    la simpleza hallada en alguna sonrisa
    el hecho contundente de que el amor
    nos reduce a un monstruo incompleto
    el recuerdo de un rostro lejano
    el aroma adherido a un rincón
    el eco de la voz amada.

    La verdad de la búsqueda
    —y la ceguera humana—
    están en todos los instantes
    que miden los incisivos días del existir.



    anuar bolaños.

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