Querido San Miguel Arcángel dibujado por AR defiéndeme de mal!!!
Hace siglos que no escribo de nada serio aqui. Yo que comencé tan seriecita hablando de cosas profundas e inteligentes, y ahora no me da la mente más que para montar videos de Rihanna o fotos malas de mis pies con las uñas pintadas de colores dark.
Pero bueno todo tiene una causa y no voy a aburrirlos con ellas.
El caso es que he estado pensando (no mucho eso si) respecto a este post y si debiera o no escribirlo. Pero como este es un blog donde todo cabe y si es politicamente incorrecto pues mejor, aqui voy.
Se acuerdan de uno de mis primeros
cuadros?
Ese mismo, el de baphomet, sentadito ahi entre cuadrados plateados. De más está decir que a NADIE le gusta y que por supuesto no he tenido el más mínimo éxito vendiéndolo en mi tiendita de Etsy. Mas allá del hecho de que las tienditas de Etsy si no estas encima de ellas no sirven para nada, de cualquier manera no tengo demasiadas esperanzas de venderlo. Tampoco quiero botarlo y tampoco quiero colgarlo en casa, no porque me dé miedo, que no me da, sino por evitar las miradas de "que le pasa a esta loca" de la gente cuando me visite, etc, aunque de todos modos me ponen la cara igual cuando ven los otros...
Toda esta retahíla es para introducir el tema de las enfermedades mentales versus la posesión demoníaca, en realidad.
Yo misma, soy una enferma mental (ah no me van a decir que no se habían dado cuenta), es decir estoy enferma, pero poquito, no mucho, tan sólo sufro de depresión y de ansiedad y un poquito de desorden obsesivo-compulsivo y alguillo de personalidad borderline y también soy medio anoréxica y medio bulímica. Wow. Que yo no me habría enterado de esto si no hubiese pasado por las manos de tres sicólogas y un siquiatra, ojo. No me habría enterado de nada y seguiría pensando que es el demonio que quiere poseerme con su maldad. Seguiría pensando que mis pesadillas son el producto de la lucha entre el bien y el mal dentro de mi alma y no me habría enterado de que todos mis demonios atormentantes soy yo misma. Ahora tomo pastillas que me contienen y me calman y me hacen funcionar.
Por otro lado, si llegase a contarle las cosas que me han estado sucediendo en los últimos dos años a un sacerdolte católico, seguro que se escandalizaría un poco, talvez hasta me recomendaría un exorcismo por si acaso.
Recuerdo que una vez a los 19 años trataron de hacerme una especie de rezo al cual accedí porque se trataba de mi hermana que me lo pedía. Este sacerdote la había convencido de que mi relación con mi novio de aquella época era malsana y que ambos estabamos siendo poseídos, asi que nos recomendaron una "sanación", es decir una imposición de manos y una rezadera pues. Como mi novio tenía pesadillas horrendas casi todos los días y algunas visiones de un ente muy muy alto que lo miraba desde una esquina de su cuarto, el también se convenció de que si, efectivamente estábamos siendo poseídos los dos y me convenció para que me dejase hacérmela. Mi propia hermana había estado acompañando a este sacerdote y a otras personas a realizar exorcismos y todos ellos hablaban de sus excelentes dotes de sanación y de cómo el Espíritu Santo se manifestaba a través de ella...
Asi que accedí muy a regañadientes a meterme en la capilla y dejarme rezar e imponer las manos. Aquello fue la experiencia más incómoda de mi vida. Yo, que detesto que me toquen, que detesto a la gente que se la pasa rezando, estaba sentada en una silla, rodeada de tres personas, incluida mi hermana, rezando por mi y poniéndome las manos encima. A los diez minutos estaba desesperada y con ganas de matarlos a todos, claro, y me sujetaba a los brazos de aquella silla para controlar mis impulsos de salir corriendo. Como una verdadera posesa pues. Y claro que no resistí mucho más y otros diez minutos más tarde, mientras una señora rezaba y me acariciaba la espalda y los brazos, me levanté de la silla y les grité que no me tocaran más, que no podía resistir toda aquella estupidez ni un solo segundo más y que me iba. Recuerdo que intenté decirlo amablemente. Pero no creo que haya sido demasiado amable. A mi novio si le lograron sacar los demonios, porque él sí decidió llorar y "convertirse". A mi me recomendaron hacerme otros rezos más porque mis demonios eran como más rebeldes, supongo yo. Preocupadísimos todos por mi rechazo contundente a ser rezada.
En fin, que poco a poco me fui alejando más y más de aquella gente hasta que deje de ir a la iglesia de un todo.
Años después me enteré de que aquel sacerdote que a mí no terminaba de convencerme, había sido denunciado por abuso sexual por el capellán de su parroquia.
Me parece que se demostró que no era culpable, y ahora es el párroco de otra Iglesia en algún otro lugar.
En realidad no sé qué será peor, si ser diagnosticada por un siquiatra o por un sacerdote...