miércoles, 29 de junio de 2011

divinos

cabeza de mandril
foto cortesía de OR

Las divinidades nacieron en los sueños.

La mitología, las religiones, las leyendas, todos los personajes con los que guiamos el día a día, el pasado y el futuro. Todo ha estado siempre ahí. En los sueños.

Tan solo se trata de hacerse las preguntas correctas, como digo yo siempre.

Casi todos los relatos de las figuras mesiánicas en las religiones están poblados de sueños con significados proféticos. Casi siempre los protagonistas de esas historias han hecho caso de esos sueños y gracias a eso, las cosas les han salido bien.

Qué habría sido del pobre San José si no escucha al ángel que le habló en sus sueños y no sale corriendo para egipto con su mujer y su muchachito? Que se lo hubiesen matado y ahi se habría quedado la humanidad sin Cristo.

Lo mismo que si la mamá de buddha no hubiese soñado con un montón de elefantes metiéndosele por el brazo izquierdo, no habría ella ni su marido inferido que su hijo estaba destinado a ser nada más y nada menos que el Budha salvador. Y lo habrían educado como a una persona normal y no una predestinada.

La pregunta que hay que hacerse es por qué. Por qué los antiguos hacían caso a sus sueños y en cambio los modernos no hacemos caso.

La respuesta es espeluznantemente sencilla. Los antiguos hacían caso a sus sueños porque la cosa funcionaba. Uno hacía lo que fuese que dijese el sueño que hicieras por absurdo que sonase, y el resultado terminaba siendo maravilloso. Y por eso en todas las culturas antiguas los sueños se consideraban sagrados. Porque claro, en la antiguedad no sabían que el inconsciente existía y razonaban que otros seres superiores eran los que habitaban ese mundo fantástico al que tan sólo podían aproximarse cuando estaban indefensamente dormidos. Los dioses cuidaban de ellos, si señor.

Hoy en día no hacemos caso. No sabemos escuchar. Los sueños siguen hablando, pero nosotros no escuchamos. No queremos escuchar. Talvez porque lo que dicen no nos gusta. Talvez tan solo porque nos han eseñado asi. Y le tenemos terror a las pesadillas en lugar de escuchar al miedo que está allí para superar las cosas.

Los dioses están ahí adentro. No afuera, ni en el cielo, ni en el infierno, ni en los otros.

Somos nosotros mismos.

10 comentarios:

  1. me has dejado reflexionando, creo ya no tendré miedo a mis pesadillas.


    Saludos.

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  2. Si nosotros somos los Dioses estamos apañados...

    Besos.

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  3. Me encanta soñar y recordar los sueños, tanto que normalemnte los escribo.
    A veces no puedes enterderlos de inmediato, pero si los lees con el tiempo, ves cosas claras.


    besos.

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  4. Absoluto este post. Estoy todavia entre estupefacto, euforico y feliz. Ademas de extraordinariamente claro, lo que me ayuda a darle forma a lo que siempre pensé. Es cierto que luego termino en la conclusion de que todo lo que me pasa es por minimizar mis sueños, y me entristezco. Y debo confesar que por otro lado, llegar a conclusiones me pone triste justo despues de que se extingue la euforia del descubrimiento. Y dira el doctor: lo normal, lo normal.

    Ulatio

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  5. Malquerida: no les tengas miedo. Eres tu misma superando las cosas :) besitos

    emejota: ah ya se que sonreíste leyendo este post, jaja

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  6. mc: we all are...

    Toro: pero no seas pesimista por favor, algunos somos buenísimos :D

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  7. claudia: por eso es que eres tan bonita!

    Anonimo: oh mil gracias, no sabes como te extrañaba, bueno si sabes, pero igual te lo digo. No los minimices, los sueños digo, ademas que son tan entretenidos, es como mirar una película nueva cada día!

    besos

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  8. De verdad creo que todos aquellos que han conseguido hacer de su vida algo memorable es porque han tenido el valor y la confianza de seguir sus sueños... entonces... ¿por qué nos negamos a escucharlos?... Supongo que es más fácil hacernos de oidos sordos. :(

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