Yo me voy... no aguanto más. Foto cortesía de ACG
Los fractales son como semillas de una cosa. Son tan divertidos porque pueden ser visualizados a cualquier escala de magnificación. Es decir, siempre se puede reconocer la geometría que lo origina en cualquier escala. Cerca y lejos. Provoca hasta pensar que cerca y lejos no existen en la dimensión fractal. De ahí se desprende entonces el concepto de autosimilitud. El fractal se parece a sí mismo porque está compuesto de un mismo elemento combinado hasta o desde el infinito. Y todas sus partes se parecen entre sí.
El concepto de fractalidad nace también del concepto de proporción. Cuando una cosa es proporcional a otra surge un número muy bonito e irracional que se llama e y que es la base de los logaritmos naturales. Y para los que no sepan nada de logaritmos vamos a escudriñar la palabra porque las palabras enseñan muchas cosas. La palabra viene como siempre del griego y esta compuesta por dos cosas logos que significa razón y aritmos que significa número. En pocas palabras e es un número que indica proporción. Un número que indica en el fondo también autosimilitud. No en vano el numerito se considera trascendental. No es eso bellísimo? Un número irracional que es considerado trascendental. Como todo lo que no podemos entender en este mundo.
Yo conocí los fractales por obra de la casualidad. Talvez he de decir causalidad porque por ahí dicen que las cosas que pasan, pasan por algo. Mi amigo Federico es alguien muy especial. El es como un diccionario ambulante y no hay cosa que le preguntes que no la sepa, y sin embargo yo no sé más de él que su eterno deambular por las calles sin dirección o teléfono conocido. Ahora conozco su dirección de correo electrónico. Todo virtual y difuso, mi amigo Federico es como un sabio errante. Como deben ser todos los sabios, errantes y un poco locos. En la universidad compartimos cientos de almuerzos sin ponernos jamás de acuerdo en hacerlo y cuando ya la geografía universitaria nos alejó el uno del otro, tuvo la gracia siempre de toparse conmigo en la calle, como un ángel para acompañarme simplemente, o para darme el consejo apropiado en el momento apropiado. También para tomarnos muchos deliciosos y espontáneos cafés. Todavía aparece de vez en cuando con algún correo impresionante que llega mágicamente a mi buzón de correo en los mejores momentos también. Porque ya las calles que transitamos cada uno no son las mismas.
En fin, el caso es que yo andaba en mis diatribas de siempre con la cuestión de la cuaternidad y mi tesis de maestría en diseño urbano, cuando me encuentro a Federico y ya no recuerdo muy bien cómo, insistió mucho en que yo investigara los fractales. También creo que almorzamos muy rico ese día. Gracias mil, mi querido F.
Total que si uno se pone a investigar descubre, que el concepto de fractalidad es un concepto que ayuda a entender el caos, es decir es capaz de encontrar una semilla de autosimilitud en sistemas aparentemente caóticos. Y resulta que la naturaleza, tal como nosotros mismos seres humanos, es fractal. Y que hasta nuestro pensamiento es así. Y mientras más caos aparente nos encontramos en la vida, mas parecidos a nosotros mismos nos volvemos.
Esto me hizo pensar que las ciudades, nuestras casas, nuestro entorno, deberían ser también un reflejo de nuestra naturaleza fractal y ser autosimilares a sus componentes, a lo edificado y a sus habitantes, los seres humanos. Y los límites que como ya hemos visto en posts anteriores, son los que construyen a través de la topología los lugares donde acontece el habitar de los hombres, deberían ser o intentar ser por lo menos, una extensión de esa fractalidad humana y natural. Y cuando los límites de una edificación son concebidos así, a nosotros los humanos no nos queda más remedio que abrir la boca en señal de asombro y gozo y habitar y desaparecer felices en las perfectas y autosimilares ciudades fractales.
Adriana:
ResponderEliminarLeí tu artículo, y es todo muy interesante. Ya veo la posibilidad de construir una poesía fractal, pero obviando la expresión antigua que no me gusta. Debo haber cómo le hago...
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Gracias Adriana.
ResponderEliminarQue interesante.
Besos.
Gracias Frank. todavía no he tenido la oportunidad de leer tu blog, pero lo haré y te comentaré.
ResponderEliminarToro Salvaje: Te había dicho que me encanta tu nombre toro salvaje?. Cuando mi amiga Eme me recomendó tu página, me quedé fascinada con tu nombre. Y entonces te leí y ya no hubo nada mas que hacer que seguirte.
ResponderEliminarPensamiento fractal y las fractalidades de la vida.Fractalmente este es un universo logico.Recuerdo haber ido a una exposición de Zaha Hadid donde daba su punto de vista sobre las ciudades fractales. Si las ciudades son fractales, nosotros como individuos que habitamos en ellas no escapamos a la fractalidad.Me gusta el concepto y el termino. El caos de la vida y que caos en que concebimos la fractalidades que nos suceden.Nada es igual a otro objeto, eso plantea la fractalidad, es decir una nube no es igual a otra pero coexisten creando una imagen fractal.Sigue escribiendo sobre como salir del caos y convertirnos cada vez en algo mas fractal y divers
ResponderEliminarseguire, seguire...
ResponderEliminarGracias por la información Adriana, podría serme muy útil en su momento. Un abrazo.
ResponderEliminarA mi de los fractales me gusta que cuando parece que vana ir por un sitio cambian de "estrategia" y aparecen por donde menos te lo esperas. Es la belleza del caos. Como ciertas ciudades que guardan su belleza y su magia en el aparente caos que encierran.
ResponderEliminarUn beso.
Me encantaria llamarme Federico.
ResponderEliminarAnonimo tres (gracias al dos por animarme a salir del anonimato...y a Federico claro)
Es increíble esto que escribes :O
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
---
He estado un poco ausente porque en este lado del planeta tenemos problemas con blogger y para ver los blogs de su plataforma. Ayer publiqué en mi blog sin siquiera ver lo que había publicado.
Saludos A.
Mejota! te extrañaba...
ResponderEliminarAnonimo tres: Te encantaría conocer a Federico
Fero: lo que escribiste ayer es absolutamente bello.
Bogart: si, es hermoso, las ciudades son magicas por eso, las odiamos y las amamos a la vez. y buscamos desentrañarles el caos ese que nos fascina
ResponderEliminarTodo es fractal, el Universo también.
ResponderEliminarme gusta tu entrada....
un fractal beso.
Creo que lo más difícil es probar la autosemejanza. A veces vemos fractales por todos lados, es lo que llamamos ¨fractal rabbits¨, y no lo son. Está muy bien que hayas hablado de la autosemejanza, sin esta propiedad, no es un fractal en todo el concepto de la palabra, pero sí hay tendencias a la fractalidad. Mandelbrot se dió cuenta de esta cuestión inmediatamente. Muy lindo post,
ResponderEliminarCariños,
Myriam