Qué cara más triste la de este monito. Foto cortesía de TS
El desorden es entropía, es caos. Y en la ciencia existen maneras de medirlo. Entropía quiere decir evolución, quiere decir transformación y quiere decir desorden.
Según la termodinámica, esa materia horrible que yo detesté cuando estudiaba Ingeniería Química, en un sistema aislado la entropía no puede disminuir o decrecer. Puede, eso si, crecer, es más, lo normal es que tienda a crecer. El calor entonces, según la segunda ley de la termodinámica, no fluye de un cuerpo frío a otro más caliente si no se aplica trabajo (o energía) al sistema. Aplicar trabajo quiere decir imponer orden. Pasar del desorden al orden.
La entropía es entonces el valor que se asigna a la distribución aleatoria de las moléculas en un sistema, aquello que mide cuán desordenado está algo.
Peeeeeeeero, la segunda ley de la termodinámica es una ley empírica, es decir es una ley que se asume como ley porque jamás se ha observado que las cosas ocurran de otra manera. Sería fantásticamente hermoso que ocurriese de otra manera, pero jamás se ha observado que esto pase. Todavía más complicado: la ley se refiere básicamente a las condiciones de borde del sistema, a las condiciones en las cuales el sistema actúa o no.
Y aún mas lindo: La entropía es la única variable en la física que escoge una dirección particular en el tiempo. Y obviamente escoge el tiempo hacia adelante. Esa dirección es llamada dirección temporal y de alguna manera se puede pensar si hacemos un esfuercito que medir la entropía es casi como medir el tiempo.
Aja. Y entonces qué pasa con el tiempo cuando la entropía es constante. Pasa algo hermoso: El tiempo podría escoger ir en cualquier dirección, al futuro, al pasado o quedarse simplemente quietecito y sin molestar.
Se suele pensar que el tiempo es irreversible, pero este señor Sean Carroll opina que no! Y yo, que no entiendo nada de este post, estoy de acuerdísimo con él. Todo depende del desorden. Y en un sistema completamente ordenado, puede que el tiempo fluya en la direccion contraria a la que estamos acostumbrados en este, nuestro sistema caótico.
Todo se trata en realidad de hacerse las preguntas correctas.