extraños otra vez
como en la calle
dos miradas
un instante de complicidad
el hilo interminable de zapatos de tacón
pantalones y saliva seca
el sol me mira con su ojo de fuego
y me quema también bajo la piel
las rodillas tarde,
los hombros abajo
cachetadas de tierra sucia
que no me despiertan
un juego sin contrincantes
en un tiempo demasiado corto
jueves, 25 de febrero de 2010
lunes, 22 de febrero de 2010
arroz salvaje con aguacate. Fase 1
los arbolitos sin hojas también son fractales
De cuando el gran Henry Vicente me hizo leer a Heidegger.
La verdad leí aquel texto (Construir, habitar, pensar) y no entendí absolutamente nada. Dije, Dios que bruta y yo que me las doy de poeta y no entiendo nada. Mis compañeritas tampoco entendieron nada. Así que nos dimos a la tarea de leer y releer y releer a ver si nos quedaba algo. A mi, de la obsesión de leerme ese texto se me derivaron otras obsesiones varias. La mas obvia fue intentar traducir la cuaternidad esa esotérica de Heidegger en algo material y concreto por aquello de tener una mente científica y estar estudiando arquitectura.
Pero traducir un concepto en algo cuantificable nunca ha sido tarea fácil. Por eso es que los artistas son artistas y los genios son genios.
Cuando no me quedó más remedio que escribir mi tesis de maestría sobre Diseño Urbano, la obsesión apareció sin querer otra vez y entonces me encontré con este señor quien me enseñó la importancia de haber asistido a tantas clases de matemáticas y haber prestado un poquito de atención.
Salíngaros concibe la ciudad como el resultado fractal de patrones repetidos, siempre autosimilares, siempre distintos, y el resultado de esa presunta repetición debería dar origen a ciudades habitables, caminables, vivibles en armonía con el ser humano y su escala.
Y entonces creo que entendí: la Cuaternidad de la que hablaba Heidegger el verdadero habitar que ocurre en la ciudad y que yo no lograba cuantificar ni definir en el mundo material, no es más que la dimensión fractal, y esa dimensión es perfectamente medible utilizando una simple ecuación que dedujo este otro señor inteligentísimo: Haussdorf.
Gracias a mi querido profesor Henry Vicente por los favores concedidos
Y para los que no hayan probado arroz salvaje con aguacate: se los recomiendo ampliamente.
martes, 9 de febrero de 2010
Tributo a Manuel Cabré
Materiales: Anime comprimido, acuarela, papel común y corriente
Tamaño: 60x60 cm
Lo que yo mas extraño de no estar en Caracas, es por supuesto, la montaña, así que se me ocurrió tenerla.
Cuando estaba en kinder nos pidieron un día hacer un dibujo libre. Yo que siempre estaba mirando por la ventana, distraidísima, veo El Ávila y digo ah ya sé, voy a dibujar la ciudad. Así que hago mi boceto en lápiz y empiezo a pintar edificios, hasta que llego a la montaña y vuelvo a mirar por la ventana. Entonces digo, ah pero es que al fin veo, la montaña es morada! y entonces con mi color prismacolor la pinto de morado. En eso llega una de esas niñitas que siempre se portaban mal y eran malas con uno (de cuyo nombre no quiero acordarme) y me dice esa montaña está mal. Las montañas no son moradas, son verdes o marrones. Yo vuelvo a mirar por la ventana y veo mi montaña morada y azul. Le digo, no, mira, asomate, la montaña es morada. Ella vuelve y dice no, y entonces agarra un color verde y me raya mi dibujo. Lo daña. Y me daña tambien mi vision infantil de que las montañas son moradas, y azules.
Bueno. esta es mi reivindicación. Ahora tengo a Cabré y a mi montaña, fragmentada como mis recuerdos, con los colores que me da la gana, todos los días, frente a mi cama.
Y si, las montañas son moradas. Y azules también.
Entrevista a Adriana Gonzalez Lozada [agochase71] en Whohub
Este entrevista me la mandaron (no se quién pero gracias) y me pareció interesante compartirla, es acerca del proceso creativo, aqui dejo el link...
Entrevista a Adriana Gonzalez Lozada [agochase71] en Whohub
Entrevista a Adriana Gonzalez Lozada [agochase71] en Whohub
jueves, 4 de febrero de 2010
insomnio
rendirme más
al aguijón de palabras
levantada
sin dormir
un concierto de horas
en el rincón de mi almohada
mojada otra vez
los pájaros hacen más corta la noche
dividida entre mis ojos
y despertar no es la hierba que soñé
y entre mis dedos se detiene el azul
ombligo desplazado
cuerpo
el temblor de la caída
y un silencio
que no llega
al aguijón de palabras
levantada
sin dormir
un concierto de horas
en el rincón de mi almohada
mojada otra vez
los pájaros hacen más corta la noche
dividida entre mis ojos
y despertar no es la hierba que soñé
y entre mis dedos se detiene el azul
ombligo desplazado
cuerpo
el temblor de la caída
y un silencio
que no llega
martes, 2 de febrero de 2010
Caminos para entender el pasado
por lo general, imaginarios
los caminos de mis dedos, después de tanta música y ya tan olvidados de todo
los caminos de mis pies en infinitas calles e infinitos laberintos
los caminos de mis ojos en tantos abismos
y todo guardado junto al olvido
al final
los caminos de mis letras
guardados en mí
y en algunos otros ojos
abiertos todavía
los caminos de mis dedos, después de tanta música y ya tan olvidados de todo
los caminos de mis pies en infinitas calles e infinitos laberintos
los caminos de mis ojos en tantos abismos
y todo guardado junto al olvido
al final
los caminos de mis letras
guardados en mí
y en algunos otros ojos
abiertos todavía
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