lunes, 19 de marzo de 2018

la historia de la sillita huerfanita

Erase una vez una sillita que vivía feliz en una hermosa casa colonial de virginia, cuando en una triste navidad, un señor muy gordo se sentó sin gracia sobre ella y puf! le rompió su asientito de caña tejido laboriosamente quién sabe por quién.

La dueña de la sillita dijo:
-oooh se ha roto la silla, hay que botarla, cuesta más dinero repararla que comprar una nueva y ya iba siendo hora de renovar el salón.
Entonces llamó a su mayordomo y le dijo:
-Jaime, saca esa pobre silla rota a la calle a ver si alguien la recoge o se la lleva la basura.

Y sucedió que la dueña y autora de este blog iba conduciendo por esa calle muy temprano en la mañana y vió a la pobre sillita rota llorando sola en la calle y se dijo:

-oooooh qué hace esa pobre silla hermosa toda tirada en la calle? Hay que salvarla de las garras del camión de la basura....

Y entonces ni tonta ni perezosa se bajó del carro, recogió su silla y se fue a su casa a repararla. 

Y he aquí el resultado.




La sillita vive ahora feliz en una casa donde sabe que nunca má la van a botar, aunque se rompa.



10 comentarios:

  1. Mi abuela me decia: al que tiene manos nada le falta

    Besos

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  2. La silla es una suertuda.
    Qué envidiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa le tengo.

    Besos.

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  3. :)

    Valeeeeeee.
    De azul marino que me queda muy bien.

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  4. Y ahora la sillita está donde debía estar...todo sucede por algo...suerte que te encontró en el camino...un abrazo

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  5. Si fuera tan fácil hacer lo mismo con las personas...

    Saludos,

    J.

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    Respuestas
    1. quererlas un poco? no est an difícil, lo difícil es que se dejen pintar de azul y no se muevan.... jeje

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