una de las magníficas fotos de mi eme. el espejo de la realidad. |
Disculpen mis adorados lectores que no los entretenga con una de mis magníficas entregas de la sopa de monoteísmo.
El espacio aéreo del hermoso estado de Texas me ha tenido entretenida estos dias. No desesperen, que ya vendrá.
Mientras, necesito aprovechar este espacio virtual para quejarme un poco de otras virtualidades fastidiosas que acaban con la poca paciencia que tengo.
En el colegio yo no fui una niña muy popular que digamos. Para ser sincera desconozco la causa, auqnue supongo que tiene que ver con mi insoportable tendencia a decir siempre lo que pienso en lugar de callarme la bocota o en este caso los dedotes.
Eso tienen los espacios virtuales. Están compuestos de dedos que piensan.
Y yo que pienso tanto, acabo por escribir cosas que los demás no entienden.
Pero al grano. Mis ex-compañeritas del colegio me han invitado a un chat del whatsapp donde conversamos todas las exiliadas que ya no vivimos en Venezuela. Fue un poco raro al principio, pues gente que nunca me habia hablado o que nunca habia sido particularmente amable conmigo en los años del colegio me recibió con un cariño inmenso que yo no me esperaba. Todo muy lindo hasta ahi.
La cosa es que una de las "reglas" del chat es que hay que ser agradable todo el tiempo.
Ya me regañaron una vez porque respondi a una de esas cadenas de oración que manda la gente ahora por mensaje de texto ya que el email paso de moda y les respondí que dios no escucha y que además no le gustan las cadenas. Y ayer me regañaron porque pusieron un acertijo mal redactado y sin signos de puntuación y yo me puse de mal humor porque además no decian la respuesta.
Eso no es ser agradable para mi. Eso es ser un mentiroso. Un mentiroso agradable.
Pero la sociedad, ahora que lo recuerdo, esta compuesta de mentiras. Mentiras piadosas, mentiras rosadas, mentiras crueles o simplemente mentiras tontas.
Mentimos todo el tiempo para salvarnos de la realidad. Le mentimos a los demás y nos mentimos a nosotros mismos para poder resistir mejor el caos sobrepoblado de la edad moderna. Mientes los padres, mienten los amantes, mienten los esposos. y todavía lo llamamos mentira piadosa.
Ser agradable significa decir mentiras en lugar de decir lo que uno piensa. O engañarse a uno mismo y decir que uno está de acuerdo.
Con un lenguaje tan vasto y tan bonito y todavía no sabemos comunicarnos asertivamente.
En fin, que ya sabemos todos la razón por la cual no era yo muy popular en mis años de infancia.