Soy una cascada
Que te inventas
Unas cenizas
Convertidas en un río
Hecho de asombro
Perdonadme mis fallas y ausencias, pero llevo demasiado tiempo tuiteando estupideces y los dedos se acostumbran a escribir solo cosas cortitas y se les olvida cómo hilar ideas inteligentes y fundamentales.
Sin embargo mis neuronitas tan lindas ellas, se mantienen mas o menos vivas a pesar de los intentos continuados de las redes sociales por absorberlas enteramente y de vez en cuando gritan. Y mis dedos las escuchan.
No creo sin embargo ser capaz de argumentar muy largamente la afirmación de mi título, pero después de tantos años tratando de explicarme a mi misma las religiones y la obsesión casi insólita de los hombres por imponerla sobre todo en las mujeres, he llegado a una simple conclusión.
Las religiones están escritas por machos que desean por sobre todas las cosas explicarles a las mujeres que no tienen la razón y que valen menos. Primordialmente creo yo, por un sentimiento de inferioridad que se origina en la inevitabilidad de ser nacidos y criados de mujeres, y porque las necesitan también inevitablemente, para esparcirse sobre la tierra.
En algún momento de nuestro pasado remoto, el natural instinto de protección del macho hacia la hembra y sus retoños, se convirtió en un deseo irrefrenable de controlarla y hacerla una fiel monógama y de ahí, rapidito pasamos al mansplaining religioso inspirado por un diosito creado a imagen y semejanza de la envidia eterna del hombre contra la mujer.
Ahora la misma envidia pretende borrar la biología y redefinir las diferencias entre nosotros, a traves de decretos legales no muy distintos en su absolutismo a las antiguas escrituras y mandamientos ancestrales.
Una vez mas, los hombres pretender hacer mansplaining de lo que significa ser mujer, simplemente porque no pueden serlo.
Que ser creadoras no es algo que se hace, se nace con ello, o no se nace. Ni que me lo expliquen en mil millones de biblias o mil millones de leyes.
Besitos, hijitos.