el tucan este si quiere volver... yo NO
Que me perdonen todos. Que me perdone dios, si existe. Que me perdone mi familia que nunca me quiso. Que me disculpen todos los que están pasando momentos malísimos en un país donde no hay nada si no palabras huecas.
Yo nunca soporté la sociedad venezolana. Desde chiquita me enfrenté a niñas malas que lo tenían demasiado dinero como para que les importasen los demás. A mamás que tenían demasiado dinero como para que les importasen sus señoras de servicio. A no mirar a los oscuros a la cara porque estaban ahí solo para servirte.
Desde chiquita me encontré con una sociedad que me miraba raro porque yo consideraba que todos éramos iguales y que no importaba la marca de pantalón que te ponías o si tu ropa combinaba. Una sociedad que me miraba raro porque yo queía leer y ser culta y aprender y ser justa, en lugar de tener novio o la camisa de moda y porque no viajaba para Miami a comprar ropa o a ver a Mickey Mouse.
La sociedad venezolana que yo conozco sigue creyendo que los pobres deben permanecer pobres y que son pobres porque les da la gana y no trabajan lo suficiente ni estudian lo suficiente. Que los malandros son malandros porque son malos y no les da la gana de ser buenos y útiles a la sociedad.
El criterio de escacez y exclusividad es lo menos democrático que existe. Y eso es justamente lo que alimenta la diferencia social. El señor Chavez muy hábilmente profundizó el resentimiento que siempre existió en la otra mitad y la hizo crecer mientras que los exclusivos, nos redujimos y nos dispersamos por el mundo.
A mi me duele lo que está pasando en Venezuela, si. Pero no quiero que me importe. No quiero saber más nada de eso. Es como haber salido de Macondo y no querer volver. Como haber salido se un sueño malo y no querer volver a dormirme.
Y me ha costado una barbaridad escribir esto. Que me perdonen todos. Pero no quiero saber.