el universo blando de la perrita
foto cortesía de AGL
El universo se nos ha puesto blando, para qué engañarnos.
Los teoremas, las leyes, los sentidos, todo se nos ha vuelto como de gelatina. Aquel pensamiento que nos mostraba un mundo ordenado con los astros en el cielo y un dios bueno vigilando a su rebaño, ha sido sustituido por uno blando e infinito donde podemos saltar dimensionalmente como si viviésemos en un trampolín infinito.
Todo se puede, todo es infinito y caótico.
Hasta el tiempo se nos ha vuelto de goma. La flexibilidad es el lema y ustedes me perdonan pero yo no encuentro asidero en estas cosas.
Se me nota que nací en el siglo pasado porque yo necesito que el mundo tenga leyes y que sean rígidas para no derretirme también. Esta simultaneidad, este relativismo y este guabineo me están matando.
Yo necesito que el blanco sea blanco y el negro, negro. Y los colores, colores. Y poderme detener en un lado o en el otro sin que me arranquen de mi silla por favor, si es posible, gracias.
Nos mintieron, nos han mentido todo el tiempo y con eso nos arrancaron las raíces y nos lanzaron al espacio sideral sin casco y sin traje espacial, y no podemos ni protestar porque nadie sabía nada desde el principio y no hay responsables. Todos nos hemos caído juntos en la misma gelatinosidad temporal y de aqui solo nos sacan secos y muertos de miedo y soledad.
Lo que me arranco de los dedos tampoco es consuelo, la inmensidad me consume antes de poder decir algo con sentido y el sin sentido se hace inmenso dalante de mis ojos que no pueden dejar de hablar de todas formas.
Aferrémonos al presente, aunque no nos dure.