espacio

el espacio que está donde tu estés
donde mis ojos encuentran un puente con sentido

o todo se vuelve un espejismo
como la lluvia que todo se lo lleva

agua que se escapa de mis dedos

si pudiera ser efímera como las flores diminutas
y desaparecer despues de ser amada

volverme polvo y mirar el cielo
sin dolor sin frío sin tiempo y sin afectos

sonidos

No hay suficiente música en el mundo para llenar nuestros oídos.

Incabables ansias de escuchar el sonido correcto, la palabra perfecta que acabe con el insostenible silencio interno.

Indeterminadas olas de incertidumbre y de desplazamiento de la realidad.
La realidad no es nada, mas que una ilusión.
Ni siquiera sé si estoy viva.

Ser hedonista para sentir que uno está vivo

Aferrarse a la tecnología para realizar actos medibles que lo separen a uno de la zozobra de no saber, tareas concretas, cuantificables.

Alejandra dijo: Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.

La noche nos advierte de los colores marchitos en el borde de la cama.
Pero de todas formas la tierra siempre fue azul, desde antes de saberlo, desde antes de decirlo.
Nada hay más aterrador que una niña perdida en el amor del espanto. Las niñas nos dan miedo, porque saben que no sabemos. Una niña sin inocencia es como un monstruo del amarillo, absurda.

Una pared que tiembla imperceptiblemente sobre el pasado inmóvil de las flores.

Las palabras tienen sentido si son escuchadas, pero yo escribo para el silencio.

Llenar el espacio una vez más aniquilando el estupor, todos esperan una especie de permiso silencioso para actuar, otros se regocijan en sus poderes.

Repetir incansablemente las mismas cosas no es tener algo que decir.
El mundo es infinitamente aburrido desde la sociedad, infinitamente abierto desde la negación de la sociedad. Desde negarse a trabajar. Solamente observar la vida transcurrir.

mi cuaderno verde

Necesito desesperadamente vagar por calles ardientes para recuperar mis voces
Permanezco perdida en un silencio sin metáforas.
Preguntarle si esta dispuesto, si recuerda.
Un recipiente, o infinitos recipientes

El cuerpo es un estorbo para las palabras.
Pretender estar curada de las voces es inútil.
Soy una prófuga de mi misma que desea volver a estar perdida.

Entregarme al amor desenfrenado del absurdo.
Recordar con detalles las tardes invertidas.

El trabajo es estimulante aun si las tareas requeridas son totalmente estúpidas.

Solipsismo, del latín "ego solus ipsus" (traducible de forma aproximada como "solamente yo existo") es la creencia metafísica de que lo único de lo que podemos estar seguros es de la existencia de nuestra propia mente, y la realidad que aparentemente nos rodea es incognoscible y puede no ser más que parte de los estados mentales del propio yo. De esta forma, todos los objetos, personas, etc., que uno experimenta serían meramente emanaciones de la propia mente.

No debería crecer entonces, sino quedarme en el eterno sueño de mi yo infantil y mi mundo alrededor. Jugar eternamente en mi closet tibio, sin hambre, sin frío.

Envidia por aquellos que confían en que la realidad verdaderamente acontece y además están tranquilos, envidia de la vida simple y sin preguntas.

Frágil, inmensamente frágil y desnuda.

Ya no recuerdo mi casa
Se difumina la realidad con lo que espero y no entiendo mis propias decisiones
La agonía de estar siempre perdida entre la realidad y mi mente.
La incertidumbre de no creer.

Es mi casa el lugar en el que me resguardo?
Me rodeo de objetos que tranquilizan mi estar en el mundo si saber realmente a veces si en verdad quiero estar en el mundo.

Las horas son agujas en mi espalda

La realidad es un lugar absurdo, un no lugar, un conjuro de la suerte
Hoy las horas son lentas, como si los minutos jugaran a herirme más con los recuerdos
Como si la vida se pudiera detener.