extraño, sobre todo
las tardes, el silencio
la tibieza de la luz
el sopor de la calma
cansancio
de los orgasmos desparramados
la boca abierta
en un beso generoso de sal
las campanitas del heladero
invitando a la siesta
extraño, sobre todo
las tardes,
el bamboleo de los taxis, el sopor
el vapor de las calles mudas
el olor de los mangos podridos
las raíces invadiendo el asfalto
la jungla indetenible
chupándose mi sangre
atravesando mi ojos
el sol
volviéndome ciega y feliz
Ciega y feliz...
ResponderEliminarQue linda.
Besos.
lindo tu!
EliminarOh mi Chase! Este me gusto muchisimo! El bamboleo de los taxis, el sopor, el olor de los mangos, las raices en las aceras, el verdor!!!
ResponderEliminarvenimos de la jungla eme, de una jungla extraña híbrida de cemento y verdor :D
EliminarQué hermoso poema, tanto que hasta yo lo extraño!
ResponderEliminarsi alguna vez visitas caracas, lo entenderás...
Eliminar!!Hola,Adriana!!
ResponderEliminarLas raices siempre se añoraran si las hemos dejado lejos.
Maravilloso poema,me has dado el impulso para salir a ver mi ciudad,gracias,mon ami,por tan calidos pensamientos.
Muchos besitos, Adri.
ah me alegro mucho Lady, las ciudades son siempre fascinantes aunque con ellas tengamos esa relacion tan loca de amor-odio ;)
EliminarSúper, súper, súper.
ResponderEliminarPero te digo, si no estás en la ciudad, la ciudad no existe. Existe sólo si lo piensas. Existe en nuestra mente. El olvido es la muerte. La nada. Tú (vos) lo sabes, el no ser, el nirvana. Ciego y feliz. Olvido y feliz.
Feliz es tu poema