queridos todos

paaaaaajarito, lindo pajarito...

foto cortesía de ACG

En vista del mal gusto de alguien, me he visto obligada a habilitar la moderación de comentarios lo cual no ha sido nunca mi intención.

Siempre he dicho que me encantan mis anónimos y les he animado varias veces a comentarme así.

Que hasta Dios me comentó de anónimo, qué más se puede pedir en un blog?? no mucho... o si?

Talvez respeto?

Y bueno, que esto da como para ponerse a conversar acerca de la libertad, de los derechos, de los límites. Porque los derechos de unos terminan donde comienzan los derechos de los demás. Eso me lo enseñaron desde chiquita. Pero los límites están definidos y moldeados por la libertad de cada quien. Y cuando son traspasados muchas veces se convierten en crímenes que hacen daño según sean más grandes o más pequeños. Somos todos tan imperfectos que por eso nos inventamos el cielo y el infierno. Lo bueno y lo malo. Y el borde tan difícil donde se supone que se alcanza el balance.

Hay quienes piensan que siempre están del lado luminoso de las fuerza y pueden traspasar los derechos de los demás con sus acusaciones. Hay otros que no sabemos por dónde andamos y nos da lo mismo andar en el lado oscuro o en el luminoso, porque no nos creemos portadores de la verdad ni de la justicia. Yo la justicia se la dejo a los superhéroes de comiquita que andan luchando por salvarnos a todos de las garras del mal. De resto sé que tengo mucho que vivir todavía.

Sobre todo porque como decía yo misma en uno de mis geniales textos, el pasado no existe. Ni el futuro tampoco. Y como decía uno de mis queridos anónimos, ni siquiera la esperanza de un segundo perdido existe. Tan solo la esperanza del siguiente. Si todo puede cambiar en dos segundos, para qué desperdiciarlos en hacerle daño a otra persona?

Me pregunto...