martes, 18 de mayo de 2010

líquido



una mañana de primavera sobre el río Potomac


El viernes estuve en el Kennedy Center asistiendo a un concierto de la National Simphony dirigidos por mi admiradísimo John Adams. El programa era variadito y de una sencillez de esas que abruman y golpean en la cara:

Suite from Billy the Kid de Copland
The Wound-Dresser de Adams
Adagio for strings de Barber
Variations on an original Theme de Elgar

Cuando yo asisto a un concierto no voy a relajarme como la mayor parte de las personas que casi se duermen con la musiquita. Yo ando toda histérica sentada en el borde de la silla, sintiendo todos esos números, todas esas distancias, la geometría de la música acariciando mi cerebro por dentro en forma de sonidos. Y como quería escribir de esto en el blog, andaba todavía más alerta de lo normal, tomando notas en todos los espacios al margen del programa para poder acordarme.

Billy the kid: Una música es totalmente descriptiva en ese estilo que solamente los americanos son capaces de lograr haciendo que uno casi pueda ver de una vez la imagen de la película imaginaria de cowboys. Es absolutamente feliz, absolutamente alegre y el lenguaje es uno solo, una sola línea melódica que va pasando de un instrumento a otro. De un movimiento a otro. Copland maneja las texturas con la sinceridad del sonido de cada instrumento. Cada instrumento tiene su momento y su propio lenguaje y su propio discurso. Delicioso.

The Wound-Dresser: Esta obra de Adams está inspirada en un poema de Walt Whitman, The wound-Dresser. Walt Whitman estuvo viviendo aquí en D.C. durante la época de la guerra civil como voluntario ayudando a sanar a los heridos de guerra. Adams contaba antes del inicio de la obra que incluso el espacio del National Mall fue utilizado en su momento para colocar tiendas donde alojar heridos de guerra.
La música de Adams se posa en este caso delicadamente sobre las palabras de Whitman, como un susurro, casi. El tratamiento musical es tan descriptivo como el de Copland, pero más que describir un acontecimiento, complementa  la angustia poderosa del poeta que ve morir a sus amados soldados e intenta desesperadamente curarlos y amarlos en sus momentos de agonía. La narracion musical de Adams es plural y ocurre en varias voces, la primera que es como la respiración agónica de los heridos en un ritmo asimétrico que establece una base de angustia sobre toda la pieza. los violines y los instrumentos de viento enfatizan aqui y allá alguna otra sensación, y sobre todo eso, la tercera voz, la voz del poeta en este caso interpretada por el bajo Eric Owens quien ha colaborado ya en múltiples ocasiones con Adams. Tristemente no disfruté mucho de la interpretacion de Owens. Creo que su voz no era la voz mas apropiada para esta música. Yo hubiese preferido un bajo con mas fiato, es decir con una voz mas estable, menos sobreactuada. Hubo momentos en los que no pude disfrutar la la melodía del poema gracias a la voz quebrada del cantante. El silencio al final de la pieza golpea con la brutalidad de la muerte... fantástico. Gracias JA.

Adagio for strings: A ver, hasta los que creen que no lo han escuchado lo han escuchado. Lo más difícil de esta pieza es hacer algo nuevo con una música que se ha interpretado ya tantas veces. Y es que lo más sabroso del concierto con Adams fue que ese genio dirigió con sus manos todo el concierto. Sin batuta. Solamente con sus manos y sus dedos y sus brazos. Entonces era capaz de transmitir lo que sea a los ejecutantes en la orquesta y casi acariciar letamente la música que se iba convirtiendo entonces en un líquido espeso y nos tocaba a todos en la audiencia y nos iba drogando con su belleza.

O talvez solamente a mí, porque extasiada como estaba, sentí por un momento que todo aquel espectáculo de música, el director, el público la sala enorme y bellísima estaban allí solo para mí, para mi disfrute y felicidad y gozo. Talvez, si.

Y a Elgar lo dejamos para otro día, porque da como para demasiado.

20 comentarios:

  1. Puedes creer que mis chiquitos adoran a Copland? Compramos una vez un CD de el porque su musica fue usada en la pelicula He Got Game, de Spike Lee, y nos fascino. Luego la escuchamos con los nenes. Su preferida es una de vaqueros o caballitos corriendo (siempre la usan en el festival Western que hacen aqui todos los annos). No se si es la misma que tu mencionas, no creo, esta es una pieza corta.
    Besitos, mi histerica preferida.
    mc

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  2. Te leo y me deprimo.
    Me siento de la última casta.

    Besos.

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  3. yo igualmente intocable pues ...sorda perdida : (
    y eso que desde chiquita me llevaban al aula magna toooooodos los domingos a escuchar a la sinfónica municipal.

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  4. Eme! puede que sea el primer moimiento de esta pieza porque s hay como un galopar de caballitos alli... a mi tambien me encanta Copland y un dia de stos me reivindico con Rodgers&Hammerstein.

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  5. Toro Salvaje: Por dios como te vas a sentir de la ultima casta con tanto poema y tanto seguidor en tu blog? cada quien a lo suyo, usted a escribir poesia de esa desnuda tuya y yo a mis histerias musicales.

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  6. Merche: talvez lo que te pasó fue que te aburriste porque fuiste obligada... :( Pero no importa sigue intentando si quieres y no esperes nada de la música hasta que ella misma te lleve a donde sea que te tenga que llevar... por cierto, no puedo ver tu blog, se quedó pegado en una misma entrada de hace como un mes... doble :(

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  7. Compartimos emoción por la música, me ocurre como a tí, mi cuerpo sigue la melodía sin darme cuenta. Pero no puedo sentir los números ni las medidas, solo su armonía y mi emoción. Lo anterior lo se, pero no me sale, es que siempre fui muy torpe para las matematicas. Un abrazo.

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  8. Chase, Adams eso suena a chicle o a Homero y Morticia Adams

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  9. Emejota: gracias nuevamente por leerme, lo aprecio mucho, yo lo que es sentir, sentir, acepto las sensaciones y lo unico que puedo hacer con ellas es procesarlas con mi pensamiento, pero sentir, aceptar los sentimientos, eso no puedo, es algo que tengo que trabajar... un abrazo

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  10. Homero y Morticia Adams!, jaja, divertidísimo!

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  11. Tu sinestesia musical es impresionante. Puedes ver el sonido.

    He experimentado a veces la gloria de caminar en los acordes del sonido de alguna música, de alguna canción. En sus compases y tonos. De disfrutar de ella, de leer las ondas de sus notas. Pero no he llegado hasta esos "números", esas "geometría" de la que hablas.

    Me alegra mucho por ti.
    saludos.

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  12. Chase, creo que Morticia te queda bien, y ese debe ser tu Homero, aunque es un poco mayorcito para ti

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  13. Fero: Te confieso que tuve que salir corriendo a mirar la superwikipedia para enterarme de que era eso de la sinestesia. No creo que sea mi caso, sin embargo. Lo que yo percibo es la consecuencia matemática de haber estado estudiando las notas y sus distancias toda la vida. Es una manía mas bien.

    Gracias por venir

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  14. A mi siempre me pareció divertidisima Morticia toda una femme fatale... completamente indiferente a todos.

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  15. Estoy muy de acuerdo en lo de Femme fatale,y en lo de la indiferencia a todo, sobretodo de las cosas mas profundas, de Morticia, da un amor letal, quizas porque el amor siempre es letal. Por otro lado ella se distrae en lo superficial.

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  16. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  17. Buenos días.

    Muchas gracias por tu visita, me ha sorprendido que comentes en una entrada tan antigua, pero es lo que tiene el internet este que no deja de sorprenderte.

    La música... Es impresionante el poder que tiene y es muy interesante leer como describes con imágenes visuales algo tan intangible como una melodía.

    Lo dicho, gracias por la visita.

    Un saludo.

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  18. Muchas gracias a usted tambien Bogart por su visita

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  19. y el que viene te va a gustar más, asi que ve buscando la manzanilla y el tilo...

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