viernes, 30 de septiembre de 2011

viernes tristes


hermoso amanecer de un viernes, en la soleada virginia
photo by me con mi blackberry

Los viernes siempre me han parecido tristes a mi. Al contrario de la mayor parte de la gente, que siente que por fin va a descansar de la rutina cansina de cada dia, a mi me resultan completamente melancólicos los viernes. Puede que sea el cansancio. Debe ser que soy como una florecita rosa que se va ajando durante la semana y que cuando llega el viernes ya hay que botarla a la basura y comprar un ramo nuevo. Porque la florecita se marchitó. Los viernes, soy como una flor marchita.

Lo cual no quiere decir que me gusten los lunes, ojo.

Pero sigamos hablando subjetivamente de los viernes y de sus nostalgias. La falsa ilusión de un fin de semana feliz, cuando en realidad el fin de semana estará lleno de proyectos que se quedarán en proyectos, de salidas que no podrán ser por culpa de algo, o de la simple y plana soledad que se enganchará de los pulmones y de la sangre, y que lo aplastará a uno contra la cama y le pegará los ojos al televisor para ver alguna película repetida. Porque levantarse y salir al cine a ver una nueva, nos dará demasiada pereza.

O al contrario, el fin de semana nos encontrará cansados y llenos de compromisos, cena con los amigos el viernes en la noche, paseo con nueve niñitos gritones  mas sus padres gritando aún más para controlarlos, todo el sabado, (mientras intentan engañarse y tomarse unas cervezas para pensar que ellos también la están pasando bien), millones de cosas que lavar y planchar y limpiar y cocinar el domingo, y todo lo que hace falta comprar porque la nevera está vacía y no hay nada para comer el resto de la semana y después uno no tiene tiempo. Más la promesa de ser mejores a partir del lunes. O de hacer ejercicio. O comer mejor. O comer menos.

Imposible meter todo eso en dos días.

Esas promesas ridículas que levantan de nuevo la ilusión de vivir, pero que las pierde uno todas el domingo por la tarde, cuando ya es evidente que se acabó el fin de semana y que la odiada rutina del lunes se aproxima inexorablemente, y que uno sigue siendo exactamente igual que antes, sólo que más viejo y más cansado y que todas las cosas que se dijo a si mismo que iba a hacer, no las hizo porque no pudo o porque eran sencillamente, una ilusión boba...

No me gustan los viernes.

lunes, 26 de septiembre de 2011

domingo en llamas

Confieso que el entusiasmo inicial por domingo en llamas, ha ido en descenso. Y es que aunque adoro sus letras y su sinceridad y simplicidad, me parece que musicalmente deja mucho que desear. No se puede escribir todo siempre en una misma tonalidad pues el resultado es, literalmente mono-tono. Como un cuadro con un solo color. Aparte del impacto inicial de preguntarse uno, un poco confundido, qué habrá querido decir el autor, después das media vuelta y no piensas más en ese cuadro. Talvez porque la música para mí es mucho más que sonidos, o palabras, domingo en llamas me deja la sensación de que me falta algo.

Esta canción, sin embargo, me gustó mucho. La iba a poner para el viernes de musiquita, pero el viernes estaba demasiado cansada como para conectarme siquiera.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

grumpy ladies for dummies


una hermosa jirafa sin patas
foto cortesía de mcb

Lo más difícil de escribir un texto cualquiera es, siempre, empezar. Al menos para mí es así. Yo voy redactando el texto mientras viajo por las mañanas en el autobús. Porque yo pienso escribiendo. Soy tan estúpidamente perfeccionista que no me permito tener pensamientos que no estén bien redactados. Claro que en mi mente la cosa es más fácil que frente al teclado, porque ahí no tengo que luchar con la carencia de acentos de los teclados en idiomas extranjeros (esa te la robé Jose, sorry) y no necesito presionar ALT+cientosesentayalgo cada vez que quiero poner un acento. Los acentos se ponen solos en la mente de uno.

En fin que yo además de redactar cosas aveces más a veces menos estúpidas en mis trayectos de la casa al metro, del metro a la casa, también me gusta observar a la gente. Observar a la gente es uno de los pasatiempos mas divertidos que existen, porque uno puede inventarse historias encima de cada personaje. Cierto es que los personajes de la vida real son siempre muchísimo más pintorescos y divertidos que los personajes inventados.

A mí me divierten especialmente las señoras gruñonas. Hay dos en particular que cuando se suben al autobús me alegran el día con sus mañas. Estoy segura de que cuando sea (más) mayor, yo también voy a ser una señora gruñona, pero nada más que por la diversión de amargarle la vida a la gente y reírme para adentro. Una de las señoras gruñonas que me encanta, lleva siempre un suetercito sobre los hombros, no importa cuánto calor haya. Es delgadísima y va perennemente despeinada. Ir despeinada en estos tiempos es algo inconcebible para mí. Si es que un plancha de cerámica cuesta sólo 25 dólares y se consigue en la farmacia. Señora gruñona número uno: con una plancha de pelo, usted puede estar perfectamente peinada todo el día con tan sólo dedicarle cinco minutos a su cabeza.  - Aveces pienso que me habitan más cotufas de las que soy capaz de confesar... En fin, que la señora gruñona número uno que va siempre despeinada, no soporta que la gente que está muerta de calor intentando superar el tráfico insoportable de cada día hasta el pentágono, abra las ventanas, si no funciona el aire acondicionado. Ni un poquito. Muchas veces la señora se enfrasca en divertidas discusiones acerca de no molestar a los demás y la gente termina haciéndole caso y cerrado la susodicha ventana y odiándola hasta llegar a la parada. Otras veces la señora asume poses graciosísimas luchando contra la corriente de aire que la va a enfermar quién sabe de qué o que la va a despeinar todavía más.

La señora número dos, se ve que sufre bastante más que la señora número uno. Supongo yo que debe estar atravesando esa etapa terrible de la menopausia, porque va siempre muerta de calor y va siempre apurada; nunca ha terminado de arreglarse y está constantemente enfurruñada. - Se va arrugar (más) antes de tiempo señora. esta señora también va siempre colgada de bolsos y más bolsos, y con algún libro abierto que lee como si fuese una obligación leer cuando uno va en el autobús. El detalle es que esta señora casi nunca se sienta aunque hayan asientos libres, claro que no, porque entonces así su sufrimiento no sería completo, no. Talvez tiene demasiado calor como para sentarse. La señora enfurruñada número dos, se instala lo mejor que puede, de pie, con sus múltiples bolsos rodeándola y se muere de calor mientras hace todo esto con el libro abierto en la mano. Especialmente divertido es, cuando debido a los movimientos injustísimos del autobús en movimiento, a la señora se le cae alguno de sus bolsos y se le desparrama el contenido. Ahí es cuando se nota con cuánta saña la vida se pone en contra de la señora número dos, que suspira amargadísima y recoge todo con odio. Una vez instalada, sentada o de pie, la señora número dos procede a colgarse todos los collares y zarcillos que no le dio tiempo de ponerse antes de salir corriendo a subirse al autobús que jamás la espera, y después procede a cepillarse con verdadera furia el pelo, como si sus pelos tuviesen la culpa de sus retrasos y de que el autobús se mueva tanto y de que haya tanto calor. Todo esto con el libro abierto.

También hay gente linda y gente insignificante en el autobús. Pero esos definitivamente, no me divierten tanto.

lunes, 19 de septiembre de 2011

era yo
sosteniendo un vaso absurdo

de espaldas,
los avestruces

era yo
derramando el vaso

en una risa interminable

viernes, 16 de septiembre de 2011

metamorfosis

Talvez por mi misma, por el gusano ciego que soy bajo esta coraza.

Hoy quise saber de Phillip Glass.  Siempre estuvo ahi, como un el recuerdo colectivo de algo que existe pero que no tienes muy claro y que tampoco te interesa. No más allá de la música de fondo de una película. Un poco como Bernstein, que no puedes decir que lo conoces pero que cuando lo escuchas, te suena familiar y dices ah! ese, el de Disney... pues lo mismo.

El mal llamado minimalismo que es en realidad repetición y que nos gusta tanto porque nos ordena los sonidos en un dibujo medio fractal y cómodo para el alma. La tranquilidad de no tener que prestar atención para entender. La apacibilidad de lo esperado. Uno sabe qué esperar de Philip Glass. Lo presiente. Al gusano ciego le encanta, porque el gusano escucha con los ojos volteados hacia adentro. Y así, la repetición eterna es como esos dos minutos perdidos en los túneles del tren... (gracias Víctor, ya los encontré y se me fueron las angustias).

En realidad son varios minutos más los que están perdidos. Pero dentro de las cosas perdidas, caben muchas cosas, casi siempre. Las cosas perdidas son infinitas.

Ahí va, Metamorfosis 1, y después siguen otras metamorfosis que espero que también escuchen como unos niños buenos y obedientes. Interpretados por una señora que no conozco pero que debe ser muy buena.

Feliz viernes de musiquita.

Eme, espero los poemas de tus niños.

martes, 13 de septiembre de 2011

arte poética

la poesía:

es sangre
en el redil

y un oído
pegado en la tierra

escuchando
las gotas

caer

lunes, 12 de septiembre de 2011

la soledad

es sola

es sola

sola

sol

a

viernes, 9 de septiembre de 2011

oldies

Bienvenidos al viernes de musiquita.

Vintage adorable.

Hoy andamos en bladerunnermood.

Aunque no tenga nada que ver.

Ya sabrán las dendritas lo que hacen, o no.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

la calle
cada linea de la calle
las piedras
la hierba, los árboles

rojos

las cucarachas
y el submundo
riéndose detrás

todo debería terminarse

vivir y la eternidad
respirar y dormir
esperar

estamos podridos
y lo que comemos
está podrido

pajaros muertos en mi garganta

la vida es podredumbre y asco

todo debería terminarse

la noche y el viento
la calma de los que callan

y el viento y la piel
y los túneles del deseo

todo debería terminarse

viernes, 2 de septiembre de 2011

el límite entre el afuera y el adentro es un cuchillo

yo quiero un cuchillo
bonito y rosado
para atesorarlo
como un poema

ir guardando palabras
coleccionista vestida de huesos

la paciente está tranquila

todo va a estar bien

jueves, 1 de septiembre de 2011

caradeterrorpuntocom

ay que bonita e inteligente soy, jajajaja
foto cortesía de TS

Ay. que yo iba a escribir una entrada profundísima hoy y me distraje mirando los blogsquesigo, y se me olvidó todo.

Ah, ya me acordé. Era del amor (caradeterrorpuntocom).  Hay temas que surgen como colectivamente y las personas empiezan a apreguntarse cosas así, casi espontáneamente. Por eso es que me encanta leerlos a todos y me la paso perdiendo el tiempo en blogs en lugar de ponerme a trabajar y ser una persona productiva.

No no, verdad, son mi demonios, que no me dejan en paz y se apoderan de mis dedos para hacer ruidos en el teclado y asi salvarme del marasmo y el desamor universal.

Venía pensando yo pues, esta mañana en el metro, despistadísima como siempre mientras vivía mi diaria rutina de pasarme las paradas y devolverme resignada a la parada anterior para volver a cambiarme de linea y repetirme por enésima vez mijita, presta atención; venía pensando como les decía, que es una maravilla haber vivido lo mejor de dos mundos. Del tercer mundo y del primer mundo. Qué se hizo el segundo, nadie lo sabe, por cierto. Debe ser una especie de submundo intermedio donde viven los humanos felices con dotes de invisibilidad para nadie note que existen y seguir engañando al resto de los mortales.

Uy que paranoia. La teoría de la conspiración. Debe ser dios mismo que conspira contra todos los pobres mortales, jugando con nuestros sentimientos más nobles.

En fin que el primer mundo me ha llenado de un vacío en el que no puedo existir si mi existencia no conlleva un propósito noble o no. Lo importante es el propósito. El objetivo. Sin un objetivo claro, específico y medible, no tiene sentido nuestra presencia en el primer mundo.

Por el contrario el tercer mundo muy hábilmente nombrado tercero, haciendo caso omiso del evidente número consecutivo, me enseñó que la vida no tiene otro propósito mas que vivirla. Que no hace falta justificar el espacio que ocupamos sobre la tierra, porque tierra somos y basta con respirar la apacible tranquilidad de una tarde sembrada de colores calor y piel para ser coherente. La estabilidad en el tercer mundo se consigue no a través de los objetivos concretos sino a través de la carencia de ellos.

Las carencias. Cómo duelen las carencias en el primer mundo.

- Pero ya yo sé dónde queda el segundo mundo perdido y se los voy a decir en secreto, eso si, no se lo digan a nadie.

El segundo mundo no existe. Yace en los límites inaprensibles del caos.

Y sobre los límites hablamos otro día que esto ya está muy cansado y yo no me he puesto a trabajar. Ya saben, hay que ser productivos